lunes, 26 de diciembre de 2011

¿Dónde está mi mente?

¿Dónde esta la recompensa del ganador? ¿Dónde esta la consolación del derrotado? ¿Dónde esta la justicia en este mundo de aves carroñeras?

Esperar. Karma, já, ¿dónde esta mi bien? ¿Dónde está mi vida?

Miro y no veo más que sonrisas, ¿dónde están las que me tocan a mi?
¿Quién secará mis lágrimas?

Canta a la Luna, y espera una respuesta. Riega el edén, y espera fruto. Llora su muerte, y espera consuelo.

Pagamos justos por pecadores, pagamos sanos por enfermos, pagamos pobres por desalmados, pagamos honestos por corruptos.

Colgar la soga, amarrar al cuello y saltar. ¿Dónde está mi karma ahora? ¿Dónde esta mi Dios ahora?
Sufrir y perder la consciencia. ¿Dónde está mi mente ahora?

jueves, 28 de abril de 2011

Capítulo diecinueve: Amor

Solo quiero aferrarme a esos labios
morderlos y no soltarlos.
Y atraparte con mi mirada.
Ven, deséame, porque tú y yo somos uno.
Fundidos como metales,
mezclados cómo un cóctel afrodisíaco.
Y siénteme, ayúdame a no olvidarte
y arrancarme las indecisiones con solo un beso.
Y hazme sentir vivo,
como flor en primavera o brisa al mediodía.
Siente la euforia correr por tus venas, junto a mi.

miércoles, 6 de abril de 2011

Capítulo dieciocho: Rage

Y dejo que la rabia y la indecisión me coman por dentro, que me consuman, ya que mi existencia es mera mofa de un ser todopoderoso con pocas ganas de hacer nada.

Y dejo que tus quejas partan mis tímpanos con un brutal pitido, ya que todo ser es creído superior a mí.

Y dejo que el aire oxide mi alma, ya pues no me la merezco, ni todo lo que conlleva con ella.

Y dejo que se desplieguen mis alas, ya que así mi mente podrá volar libre, y saltar su inspiración desde lo más alto, hasta el vacío.

Y reviento por dentro, efecto de una implosión de emociones, que se mezcla como mota de polvo con el ambiente, dándole un toque más seco.

sábado, 26 de febrero de 2011

Capítulo diecisiete: Buenas noches.

¿Y que pasaría si un "volveré pronto" no se convierte en nada más que una respuesta amable?
Y no poder decir lo que realmente quisiste alguna vez, y pensar que se daba por hecho. Y mirar atrás y no ver a esa persona, y querer decirla algo, y quedarte con las ganas.

Y dar la vida por un tan solo "te quiero", por un beso de buenas noches y una larga sonrisa que hiciera la oscuridad algo más bonito, más claro.

Porque nunca sabes si podrás decir simplemente " siempre te querré", " nunca te olvidaré" o un "tranquilo, de esto me encargo yo" y ver sonreír a ese mustio corazón, que nunca pudo oír esas palabras bonitas.

Tan solo decir que un hasta leugo no tiene porqué ser un hasta nunca, si no un hasta siempre.

lunes, 17 de enero de 2011

Capítulo dieciséis: La espera

Y sigo esperando una simple respuesta, y sigo esperando que de tu maldita boca salga una simple sonrisa y digas "Sí, te quiero". ¿A qué esperas? Tengo más corazones a los que encomendarme, no gastes mucho tiempo en darme la patada.