viernes, 27 de diciembre de 2013

Un juego

Vamos a jugar a un juego. Tranquilo (risa), esto no es Saw. Es sencillo, te diré características de seres ficticios, recogidos en libros y/o cuentos y tú debes adivinar quienes o qué son. ¿Te apetece intentarlo? ¿Sí? Vale, allá vamos:

  • Tiene una gran, larga y blanca barba.
  • Trabaja todos los días del año, pero un día el que más.
  • A su orden tiene a unos seres pequeños y muy trabajadores.
  • Vive en un sitio muy lejano y frío.

¿Es fácil, no? Es Papá Noel (o Santa Claus, como tú quieras llamarlo (risa) ). Bien, vayamos a por la siguiente adivinanza.

  • Este ser trabaja mucho, sobre todo por las noches, “recolectando”.
  • Es ágil y muy rápido.
  • Es pequeño y entra por cualquier recoveco
  • A cambio de lo recolecta, regala dinero o juguetes.

¡Sí, es el Ratoncíto Pérez! Fácil, también, ¿verdad? Bien, está vez trataré de ponertelo un poco más difícil. ¿Estás preparado?

  • No es uno, si no tres.
  • Realmente, hacen “magia”, incluso podría decirse que milagros.
  • Pueden estar tanto en Oriente como en cualquier parte del mundo.
  • Siguen un mismo motivo.

¿Qué, ya lo sabes? ¿Cómo? ¿Los Reyes Magos? ¡No, yo me refería a Dios! (risa) Vaya, parece ser que esta vez perdiste.

¿Qué? ¿Que hice trampas? En ningún momento mentí, solo revisa lo que dije.

Dios es Padre, hijo y Espíritu Santo, a la vez que es uno solo.
En hechos relatados en la Biblia, era capaz de hacer verdaderos milagros.
La mayoría de sus historias se narran en Oriente, pero sabemos que puede estar en todas partes a la vez.
Su motivo es la fe.

¿Cómo, qué no es un ser ficticio? ¿Y por qué los otros sí? ¿Qué diferencia hay entre un cuento, un mito o la Biblia?


Solo, piénsalo.

@resacamortal

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Adelante

Miralos, cómo se rien.
Se mofan de tus pintas, se ríen de tus actos. ¿Y ya por eso ya te sientes peor?
Como dijo Mario, no te rindas. El mañana empieza cuando tú lo digas. Que nadie te diga qué no puedes hacer, el límite lo marcáis tú y el horizonte. Las palabras no definen a las personas, las definen los actos. Actúa como lo que eres, y no como lo que quieren que seas. Tú decides cuando empezar y cuando terminar, tú decides tu meta y tus caminos a recorrer. Demuestra quién eres, demuestra tú valía. Y cuando llegues a lo más alto, mira hacía abajo y recuerda quién eres, qué fuiste y lo que conseguiste, porque no hay peor perdedor que el que no lucha y no hay peor ganador que el que no pretende mantener su puesto.

La puerta está abierta, adelante.